Consejos para embarazadas en verano

1. Reduce el consume de sodio
Puede parecer obvio, pero reducir la sal en tu dieta, puede ayudarte a reducir la hinchazón. No la elimines del todo, porque contiene yoduro, que es esencial para nuestro bebé.

2.Quítate los anillos
Los dedos son el primer lugar en el que las embarazadas sufrimos las hinchazones, y la calor no nos ayuda nada con esto. Cuando te notes los primeros signos de hinchazón, quítate los anillos, o ¡tendrás que cortarlos! Los anillos, claro. Si eres como yo, que me sentía un poco rara sin mi alianza, puedes colgártela al cuello con una cadenita.

3. Aprovecha para nadar
Un chapuzón en la piscina no solo te ayudara a refrescarte, sino que te aliviará la presión de nervio ciático y podrás disfrutar de un rato de alivio del peso. Si quieres conocer más beneficios de la natación, echa un ojo a nuestro artículo sobre natación para embarazadas.

4. Paños húmedos
Colocar una paño húmedo fresco en el cuello o en la frente puede ayudar a bajar tu temperatura corporal y reducir el sudor.

5. Cines y centros comerciales
Estar en casa todo el día con el aire acondicionado puesto puede agobiar. Salir a la calle a dar un paseo puede ser un infierno. ¿Qué puedes hacer? Pues darte un paseo por tu centro comercial o aprovechar y salir a ver una película. Estarás en lugar fresco y entretenida.

6. Bebe mucho líquido
Sabemos que se aconseja beber al menos 8 vasos de agua al día, pero además, el zumo de naranja, la leche y las bebidas isotónicas pueden ayudarte a recuperar los electrolitos que has perdido con el sudor.

7. Ropa transpirable
Llena tu armario de ropa colorida, ligera y de telas transpirables como el algodón o el lino. Esto minimizará las manchas de sudor y te protegerá de las erupciones provocadas por el calor bajo el pecho y el abdomen.

8. Usa alta protección solar
Incluso si estás acostumbras a usar un factor de protección de 15, súbelo si estás embarazada. El sol puede aumentar la producción de melanida, lo que provoca la parición de melasma o “paños de embarazada”. Al proteger tu piel del sol, reduces la producción de melanida.
Si quieres saber más del melasma, consulta nuestro artículo sobre ello.

9. Masajes
Los masajes para embarazadas son una forma efectiva, y muy agradable, de recudir la inflamación. Además prepara a la mama para el parto.

10. Usa calzado adecuado
El verano puede tentarnos a ponernos sandalias fabulosas, pero cuando estas embarazadas no es la mejor opción. Opta por zapatos cómodos en los que no te sientas presionada. Si puedes, cómprate alguno un poquito más grande  lo normal. Lo agradecerás.

11. Toma mucha fruta y verdura
Como ya sabréis muchas de vosotras, tomar fruta y verdura es básico para conseguir los nutrientes que necesitamos para nuestra salud y la de nuestro bebé. Además, las frutas tienen mucha agua y fibra que también te ayudará con las retenciones de líquidos y la hinchazón.

12. Polos y granizados
¡Qué gran excusa para inflarnos a granizados! Además ahora los hay sin gluten, incluso sin azúcar, para que podamos disfrutar de ellos con total tranquilidad. Puedes tomar helados también, pero a mi me daban más sed. Así que me enganché a unos polos que venden en un supermercado de cerca de casa. ¡Alguna ventaja tenía que tener están embarazada en pleno agosto!

Lactancia materna

Con esta imagen logramos comprender por qué es tan importante el estímulo que supone, para la producción de la leche materna, la succión del bebé. Como podéis observar en esta gráfica ninguna toma es sustituida por un biberón, pues ello rompería el círculo al que hacemos referencia.

La dieta del embarazo

Aprovecho éste espacio público para hacer una serie de recomendaciones que sé que interesan a las mujeres embarazadas.
También me parece un buen sitio para recomendar el libro de Marisol Guisasola, «LA DIETA HOLÍSTICA«, recomendada por la prestigiosa Clínica Universitaria de Navarra, y  que creo que debería leer todo el mundo.

Para una  mujer con normopeso, se considera adecuado un aumento ponderal de  entre  1 y 1,5 kg al mes. Esto supone aumentar  entre  11 y  13 kg durante toda la gestación.

Se debe procurar aumentar menos en el primer trimestre ya que es más difícil el control en el segundo y tercero.

Durante el embarazo no es aconsejable hacer dietas restrictivas, ni siquiera en mujeres con sobrepeso. Lo aconsejable es sumar unas 300 Kcal  al día a la dieta normal, a  partir del 4º mes.

Los componentes mayoritarios de esta dieta deben ser proteína magra (sin grasa ), pescado, frutas y verduras, legumbres, cereales integrales, pequeñas cantidades de grasa saludable (aceite de oliva, frutos secos, …), leche y sus derivados desnatados.

La sal, preferiblemente yodada (el yodo es necesario para el desarrollo cerebral del feto) debe emplearse con moderación, evitando al máximo la sal procedente de alimentos procesados.

Deben evitarse todos los alimentos repletos de «calorías vacías «: bollería, patatas fritas, bebidas gaseosas, galletas y dulces.

El  ácido fólico es una vitamina del grupo B esencial en el embarazo, para evitar problemas del tubo neural (como la espina bífida en el feto). Está presente en las verduras de hoja verde, legumbres, espárragos e hígado, pero su aporte es insuficiente en la dieta y se debe consumir un suplemento de 0,4 mg al día, al menos el primer trimestre, e incluso antes de la gestación.

Se recomienda hacer 5 ó 6 comidas al día de escasa cantidad, en vez de 2 ó 3 grandes, para evitar molestias estomacales, pues las digestiones son muy lentas.

En cuanto a las bebidas, agua, infusiones (frías o calientes) zumos naturales o leche desnatada, aseguran una buena hidratación sin azúcares o aditivos añadidos.

En  cuanto a  la  cafeína (té, café, bebidas de cola…) en muy poca cantidad, pues su exceso puede ser nocivo para el bebé.

En ningún caso se debe tomar alcohol, tabaco, estupefacientes, medicamentos o suplementos no recetados expresamente por el médico.

También es muy importante evitar la vida sedentaria y al  menos caminar, mínimo 30 minutos al  día.

Consejos dietéticos en situaciones especiales

  • Fraccionar ingesta
  • Evitar alimentos con olores fuertes (café, mantequilla, leche…)
  • Alimentos secos y ricos HC (NO GRASOS)
  • Alimentos poco volumen y ricos en nutrientes
  • Ingerir líquidos entre comidas
  • Habitación oscura, reposo, relajantes