El acoso laboral es una realidad que enfrentan muchas personas en nuestro país y en el mundo. Es un problema al que parece que no se le brinda suficiente atención, o se ve minimizado porque las implicaciones profesionales y financieras para las víctimas suelen mayores.
El acoso laboral, también llamado acoso moral (o en inglés mobbing) consiste en hostigar, perturbar o generar miedo, inseguridad y terror, de forma sistemática, a un trabajador.
La prevalencia de acoso laboral en los distintos estudios oscila en torno al 14 por ciento. Destaca la mayor frecuencia de las mujeres como víctimas de acoso. También es un factor de riesgo de sufrir acoso la mayor antigüedad en el puesto de trabajo.
El acosador es, con más frecuencia, hombre, y es más frecuente el mobbing descendente en el que el acosador tiene una categoría superior a la víctima.
Las formas más frecuentes de acoso según el V Barómetro Cisneros son asignar trabajos sin valor o utilidad alguna, rebajar a la persona asignándole trabajos por debajo de su capacidad profesional o sus competencias habituales, ejercer contra la persona una presión indebida o arbitraria para realizar su trabajo, desvalorizar sistemáticamente su esfuerzo o éxito profesional o atribuirlo a otros factores o a terceros, evaluar su trabajo de manera inequitativa o de forma sesgada, amplificar y dramatizar de manera injustificada errores pequeños o intrascendentes y menospreciar o menoscabar personal o profesionalmente a la persona.
En todos los estudios se encuentra una relación positiva entre el acoso y la depresión, considerándose la depresión junto con la ansiedad como uno de los síntomas más prevalentes en las primeras etapas en las que el trabajador está siendo víctima de acoso laboral. Es importante la detección del acoso laboral en estas etapas porque la actuación es mas eficaz y el tratamiento más útil.
Según la VII Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, el 60 por ciento de los encuestados considera que el trabajo ha producido o agravado su depresión, y solo el 61,1 por ciento de los trabajadores con depresión ha recibido tratamiento, ya que el estigma que todavía rodea la enfermedad hace que muchos pacientes no busquen ayuda.
Cuando el acoso laboral se mantiene en el tiempo o reviste especial gravedad, la víctima presenta síntomas depresivos (de inseguridad respecto a su capacidad laboral, pérdida de autoestima, sentimientos de inadecuación, de dificultad para enfrentar tensiones mínimas) y de estrés postraumático, que cuando tienen su causa en el entorno laboral se reactivan ante situaciones que le evocan la situación traumática. Toda esta sintomatología si se ha mantenido en el tiempo el acoso se cronifica, y le hace tener dificultades familiares, sociales y laborales para adaptarse a nuevos puestos de trabajo, lo que constituye un círculo vicioso del que le resulta muy complicado salir sin ayuda especializada.
Es crucial la importancia de los síntomas cognitivos de la depresión, que es uno de los aspectos que con más frecuencia se mantienen de forma residual tras la mejoría inicial. Los pacientes se reincorporan al trabajo y a sus vidas con una merma de su capacidad cognitiva con dificultades de atención, concentración y memoria, déficits en la valoración de las alternativas y la toma de decisiones, disminución en la capacidad de ejecución y planificación de sus actividades, menor agudeza mental y un enlentecimiento de la velocidad de pensamiento. Detectar estos síntomas, que pueden ser tratados con psicoterapia y/o fármacos antidepresivos adecuados, es crucial para la recuperación funcional efectiva del trabajador con depresión.
El objetivo terapéutico de la depresión o ansiedad, en la actualidad, solo puede ser la remisión completa, incluyendo los síntomas cognitivos del trastorno depresivo que son de gran importancia para que el paciente consiga recuperar su funcionalidad y su calidad de vida, solo así evitaremos el presentismo y el estigma que va asociado a él. La mejora de la colaboración entre los servicios de psiquiatría y los de medicina del trabajo se hace en este sentido imprescindible.
¿Cuándo y cómo pedir ayuda? Lo trataremos en el próximo post.
ICÍA NISTAL