¿Sabíais que la mayoría de los pacientes que presentan autolesiones no suicidas no solicitan tratamiento?
Esto podría ser debido al estigma relacionado con las autolesiones, por la ambivalencia o desconfianza sobre la efectividad de los tratamientos o por la propia función de refuerzo emocional inmediato que suponen las autolesiones que hacen que el paciente no tenga la motivación necesaria para tratarlas.
No existe un tratamiento farmacológico específico para las autolesiones no suicidas. Sí se puede ayudar al manejo de las autolesiones tratando farmacológicamente las comorbilidades asociadas como pueden ser la ansiedad, la depresión, la impulsividad etc.
El tratamiento principal es la psicoterapia. Como primera línea, la terapia que ha demostrado una mayor evidencia científica es la terapia dialéctico conductual. Como segunda línea también ha demostrado eficacia la terapia cognitivo-conductual. Como tercera línea podrían emplearse otras orientaciones como la terapia psicodinámica (como la terapia basada en la mentalización), la terapia familiar, la terapia interpersonal, la terapia de regulación emocional. También están indicadas las psicoterapias grupales.
Los elementos en común en todas las formas de psicoterapia son la psicoeducación para el paciente y familia sobre las autolesiones, la motivación para el tratamiento, la identificación de los factores cognitivos, emocionales y conductuales que facilitan el mantenimiento de las autolesiones y la función que cumplen para determinar el foco del tratamiento y en entrenamiento en nuevas habilidades para el manejo del estrés y la regulación emocional y conductual. Estas habilidades consisten en herramientas de resolución de conflictos, de comunicación interpersonal, reestructuración de pensamientos negativos, midfulness y entrenamiento en respiraciones y estrategias para el manejo del distrés como el ejercicio físico, por ejemplo.
El tratamiento siempre debe ser individualizado, multidisciplinar y debe incluir a la familia o red de apoyo del paciente.
ICÍA NISTAL