Es importante diferenciar entre conflictos relacionales puntuales y el acoso escolar.
El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, maltrato escolar o en inglés school bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el entorno escolar, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberacoso.
Cualquier niño o adolescente puede ser víctima de acoso escolar. El proceso de acoso suele desencadenarse cuando se pone a un niño en el foco de atención del resto del grupo y otro compañero le maltrata física o psicológicamente.
El acoso escolar no es un juego entre escolares. Es algo muy serio que puede marcar a un niño para toda la vida, e incluso inducirle al suicidio.
Los elementos que intervienen en el acoso escolar son el acosador, la víctima y los observadores. El acosador pretende obtener un rédito, un beneficio de este comportamiento (popularidad, poder, etc.), y no cesa en su cometido si no tiene ninguna sanción. La víctima sufre a menudo en silencio esta situación. Los observadores pasivos, legitiman el acoso. Algunos pueden participar en el mismo como colaboradores y otros sencillamente observan el proceso sin intervenir.
Según el Informe Cisneros X, solamente el 10% del acoso escolar es físico (produciendo lesiones visibles); el 90% del acoso escolar es psicológico. La incidencia del acoso escolar según el informe Cisneros realizado en el año 2009, señala que uno de cada cuatro escolares sufre acoso escolar.
El fenómeno del acoso escolar ha traspasado las relaciones sociales cara a cara para trasladarse a Internet y a las redes sociales, bien como herramienta de refuerzo del acoso ocurrido en las aulas o como acoso realizado de forma anónima. El correo personal, Tuenti, Facebook o Instagram (entre otras redes sociales) se han convertido en herramientas de uso cotidiano utilizadas a menudo para insultar, ridiculizar y amenazar a los compañeros en lo que se conoce como ciberbullying.
El uso de las tecnologías de la información es cada vez desde edades más tempranas. Esa adquisición de hábitos tan precoz puede generar esta modalidad de acoso escolar, así como la aparición de otros riesgos conocidos: pederastia, engaños a menores, acceso a contenido no adecuado para niños, adición, pérdida de atención a la vida real, etc…
El 56% de los adolescentes entre 13 y 17 años teme sufrir acoso a través de Internet, según un estudio realizado por Microsoft entre niños y adolescentes de entre 8 y 17 años, en una veintena de países, entre ellos España. Según este estudio, el 37% admitió haber tenido experiencias negativas que podrían considerarse como acoso o bullying. Un 19% había sufrido trato ofensivo. Un 20% burlas. Un 18% había sido llamado con motes ofensivos. En los centros escolares, sólo el 23% de las escuelas tiene un plan de acción contra el ciberacoso y sólo el 37% imparte algún tipo de orientación preventiva.
La realidad social de este fenómeno es que el 72% de los españoles de entre 10 y 16 años tiene un perfil en una red social y el 42% pasa al menos tres horas conectado al mismo, según el informe “Adolescentes y Social Media” realizado por CECE con financiación de la Comisión Europea y publicado en febrero de 2013. Lo más grave es que según este informe, el 60% nunca o casi nunca habla con sus padres sobre lo que hace o le sucede en Internet y el 48% no recibe consejo alguno sobre su uso.
Existen diferentes formas de acoso escolar: Bloqueo social, Hostigamiento, Manipulación, Coacciones, Exclusión social, Intimidación, Agresiones, Amenazas, Ciberacoso.
El acoso escolar al igual que otras formas de maltrato psicológico produce secuelas biológicas (expresión de genes) y mentales:
-Estrés: El acoso escolar al igual que otras formas de maltrato psicológico produce secuelas biológicas (expresión de genes) y mentales. Puede desencadenar un trastorno por estrés postraumático.
-Ansiedad y depresión: Presentan mayor probabilidad de sufrir trastornos como la agorafobia, el trastorno de ansiedad generalizado y las crisis de pánico así como mayores tasas de depresión y de aislamiento social.
-Somatizaciones.
-Suicidio: mayor probabilidad de suicidios
-Problemas en la socialización y en el futuro laboral. Las víctimas de acoso en la escuela presentan, estadísticamente, peores indicadores en lo que refiere a su calidad de vida familiar y en su capacidad adquisitiva en su vida adulta. También pueden sufrir un peor desempeño en sus habilidades sociales y comunicativas.
¿Cómo actuar ante el acoso escolar? Os lo contaremos en el próximo post.
ICÍA NISTAL